Al fondo del espejo

La cinta corre bajo mis pies. La velocidad. Me tengo enfrente. El corazón. La respiración. La cinta vuelta y vuelta. Tiempo. Viajo. Mis piernas corren solas. Yo no las muevo. Las miro. El espejo. Música que late. Se mueven solas y me salgo de la sala. Vuelo entre pensamientos, rebusco, esquivo, viajo, velocidad, la línea, los puntos, mis piernas, mi corazón. No estoy cansanda. Segundos o minutos. Seguir. Yo no estoy allí. Hace tiempo que he dejado piernas y pies, respiración y corazón. Hace tiempo que viajo al fondo del espejo.

Leer adrede

Vuelvo a la la feria del libro como cada junio. Y que no falte. Buen tiempo y buena compañía. Paseo de rigor entre casetas, gentes, firmas; saltar de libro en libro. Elegir al azar. Éste. Y éste, te lo regalo. Comprar libros a corazonadas. Qué mejor que comprar libros. Qué mejor que regalar libros. Qué mejor que leer. Leer y leer. Olerlos, tocarlos, sentir el papel nuevo, las letras. Ni el teclado, ni la pantalla. Qué mejor que leer adrede.

Sueños son

Sueña el rico en su riqueza,

que más cuidados le ofrece;

sueña el pobre que padece

su miseria y su pobreza;

sueña el que a medrar empieza,

sueña el que afana y pretende,

sueña el que agravia y ofende,

y en el mundo, en conclusión,

todos sueñan lo que son,

aunque ninguno lo entiende.

Yo sueño que estoy aquí

destas prisiones cargado,

y soñé que en otro estado

más lisonjero me vi.

¿Qué es la vida? Un frenesí.

¿Qué es la vida? Una ilusión,

una sombra, una ficción,

y el mayor bien es pequeño:

que toda la vida es sueño,

y los sueños, sueños son.

Calderón de la Barca

Nada es como era

Organizando, siempre organizando.

A Julia, por la sorpresa.

A Pablo, por Pablo.

Pisos de a sesenta

Parece que la locura de a millón el metro está en caída libre, lo cual agradecemos los que buscamos solución habitacional de medida triple-trujillo. No me gustaría estar en la piel de los que compraron con ánimo de forrarse especulando, sobre todo si tienen urgencia de venta y sólo se les ofrece, digamos sesenta. Parece imposible, ya nos hemos acostumbrado a hipotecas indefinidas, sueldos casi íntegros para pagarlas y Euribor de compañero de penas. Por si acaso: se busca piso de tres dormitorios, dos baños, exterior, y ya puestos, garaje y jardín. Por sesenta y bajando.

Llueve

Llueve, qué gusto. Y en la terraza nos sentimos mavingueros, esperando que en cualquier momento el plastic sheeting ceda y nos inunde. Llueven idas y venidas, y ganas de aires nuevos, cortos plazos, algunos medios. A ver si llueve y llueve sin parar tres días y se limpia el aire y las gramíninas. Y mientras tanto, paseos mañaneros bajo la lluvia, que tengo que aprovechar mis pies goretex.